Cuentos tristes para niños berrinchudos · El oso que se cayó al pozo

David Enríquez
2 min readMay 15, 2020

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Una vez en el bosque, el oso se acercó al lago para comer algunos pescados. El pez que iba a ser atrapado le dijo: “¡Detente!”.

El pez tenía varias razones para no dejarse comer, es decir, 7 hijos pez que tenían un estrecho vínculo emocional con él.

Sus 7 hijos vivían en el mismo lago, todos eran machos y se llamaban Doralice.

El padre pez les había puesto así en honor a su esposa. La pez Doralice un día dijo “voy a comer arriba de la cascada”, y subió y nunca más volvió, como cuando el padre le dice a su hijo antes de abandonarlo: “voy por cigarros a la tienda”.

Debido a ese trauma, el padre pez bautizó a todos los huevos que nacieron con ese nombre. Las hijas también se fueron arriba de la cascada (era una especie de peces en las que el macho era mucho más pequeño y cuidaba a las crías, mientras la madre subía las cascadas para volverse a reproducir en otro estero o alimentar).

Los siete peces Doralice crecieron con una fuerte crisis de identidad, debido a su nombre femenino; ellos intentaban subir la cascada y fracasaban, además creían tener pechos y aletas pequeñas en comparación con sus amigas, que ya estaban creciendo o se habían ido.

El padre pez se sentía muy vinculado con sus hijos peces, pues asumía la culpa del fracaso en sus vidas sin identidad, y había prometido llamar correctamente a sus próximos descendientes mientras procuraba dar soporte emocional a este cardumen invertido.

Entonces, cuando iba a ser muerto por el oso, le dijo: “yo puedo decirte dónde encontrar un pozo que en vez de dar agua, tiene peces. Es ese de allá, asómate.”

El oso se acercó al pozo y dijo desde ahí “¡no veo nada!”. El pez le dijo que se asomara más, que se tomara de la cuerda del balde, que le arrojaba el otro extremo para sujetarlo.

El oso obedeció, pero no contempló que el pez no tenía manos, y cayó al pozo donde inevitablemente falleció.

Moraleja: No te metas con quienes han tenido una vida más dura que tú; sabrán cómo joderte.

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